Para activar el éxito en nuestras relaciones personales o profesionales tenemos que asegurar que la confianza y la transparencia sean la base de la relación. Conocer cuáles son las necesidades de la otra persona y como conectar con ellas generará una base de respeto, cercanía y confianza; entre mayor confianza tengamos, más cómodos nos sentiremos de compartir, interactuar y comprometernos con la otra persona. Cuando todo va bien ese principio de cercanía es fácil de mantener; sin embargo, en momentos de estrés, incertidumbre o dificultad es cuando nuestra capacidad de manejar y crecer la relación se pone a prueba.
Una herramienta poderosa para construir nuestras relaciones aún en momentos difíciles es el feedback; cuando el feedback se entrega de la manera correcta y en el tiempo justo puede contribuir a afianzar la relación y generar mayor confianza. El feedback nos permite reconocer a la otra persona por sus méritos, aportes o esfuerzos y también nos permite adicionar valor al otro ofreciendo un comentario sobre una oportunidad de mejora, un comportamiento o una situación que no está a alineada a la expectativa.
Dar un feedback positivo es realmente fácil y satisfactorio, todos nos sentimos bien cuando reconocemos a otra persona porque sabemos que estos momentos generan cercanía en la relación; sin embargo, ¿qué pasa cuando lo que tienes que decir no es tan positivo, sino por el contrario un área de oportunidad o mejora? La verdad es que muchos preferimos postponer esas conversaciones difíciles porque tenemos miedo, miedo de deteriorar la relación, miedo de la reacción del otro o simplemente miedo de afrontar una conversación directa y transparente.
Durante muchos años yo también tuve miedo de enfrentar esas conversaciones difíciles y opté por entregar mensajes incompletos e indirectos que en vez de ayudar a la otra persona terminaban generando confusión o una visión errada de la situación. Incluso mi miedo a afrontar estas conversaciones o tomar decisiones me llevó a mantener personas en mi equipo que no contribuían al éxito ni mostraban los comportamientos o resultados adecuados para ciertas funciones. Hoy he entendido que una conversación difícil es la forma en la que puedo adicionar valor a otros y ayudarles a generar un proceso de transformación que beneficie la relación y permita a la otra persona desarrollarse para activar su éxito. Al final, ¿qué es lo peor que puede pasar cuando tenemos esas conversaciones difíciles?… la respuesta es Nada!. No pasará nada si la conversación es directa, honesta y auténtica, y al contrario, esa conversación difícil va a aumentar la confianza y fortalecer la relación.
Hoy en día muchas personas tienen bajo self-awareness y no son conscientes del impacto que tienen en otros o de su posicionamiento en la organización afectando su desarrollo profesional y generando frustración cuando las oportunidades de desarrollo no llegan o simplemente no están alineadas a su plan de carrera. Este bajo self-awareness es consecuencia de un feedback incompleto, poco directo o concreto.
Aquí comparto 5 tips que me han ayudado a tener esas conversaciones difíciles:
1. Estructura la conversación: pensar es exactamente lo que queremos decir a la otra persona y buscar ejemplos para describir ese comportamiento o acción que no estuvo alineado a la expectativa. Enfocarse en la acción y no en los sentimientos o percepciones.
2. Cuidar nuestro lenguaje: recordemos que no son solamente las palabras que usemos sino el tono y la forma que pueden generar la diferencia entre un mensaje constructivo o un mensaje destructivo. Cuando estamos en estas conversaciones no busquemos defendernos y concentrémonos en enfocarnos en mantener una conversación con mucha empatía, pero siendo siempre auténtico, así la otra persona sentirá que es una conversación verdadera.
3. Buscar el lugar y el momento adecuado: Es ideal encontrar un momento en el que no hay tensión o estrés. Invitar a esa persona a un lugar neutral que favorezca la conversación.
4. Generar un balance en la conversación: todas las personas tienen fortalezas y áreas para trabajar, así que aprovechemos también la oportunidad para destacar lo que esa persona hace bien, lo que admiramos y lo que nos inspira.
5. Pedir feedback: Usa la oportunidad para que esa otra persona también nos pueda dar feedback y nos comparta su visión sobre nuestras áreas de oportunidad.
Recordemos que la mejor manera en la que podemos adicionar valor a la otra persona y ayudarle a activar su éxito es siendo directo, transparente y teniendo conversaciones difíciles que construyan confianza y fortalezcan la relación.
Lancémonos a tener esa conversación que hemos postpuesto y activemos el éxito en nuestras relaciones personales & profesionales.